Vista lateral del atrio y la fachada del Ex Convento franciscano de San Gabriel Arcángel, cuyo campanario participó en el concierto de campanas de este año
En lo personal siempre me ha agradado el sonido de las campanas. No sé qué produzca su timbre en particular, pero me parece que armoniza con cualquier otro sonido. Alguna vez, durante un recital de piano en el que participé, un leve sonido de campanas envolvió el ambiente junto al sonido del piano, lo cual no fue para nada desagradable, sino todo lo contrario.
Los conciertos de campanas se han vuelto cosa bastante común, especialmente en ciudades que poseen muchas iglesias con campanarios.
En Cholula, los conciertos de campanas son una tradición que se remonta a noviembre de 1993, cuando el compositor valenciano Llorenç Barber compuso una obra titulada Vaniloquio Campanero, ex profeso para las campanas de Cholula.
Para Barber, así como otros compositores y aristas sonoros, las campanas son instrumentos musicales únicos, los cuales pocas veces son explotados más allá de su función fundamental, es decir, el llamado a misa.
Para el Festival Vaniloquio de este año, no se interpretó la obra original de Llorenç Barber, sino una pieza nueva, del compositor norteamericano y catedrático de la Licenciatura en Música de la UDLAP, Brian Banks. Esta obra titulada Las Campanas de Cholula, es una pieza escrita para 36 campanas de 18 iglesias diferentes. Durante el concierto, la obra fue dividida en dos partes, y a la mitad se tocó un interludio orquestal a cargo de la orquesta estudiantil Symphonia. En dicho interludio se interpretó una pieza de Banks titulada When daylight fades, la cual tiene un solo vocal y de guitarra.
El concierto en general prometía mucho; sin embargo, hubo diversas inconsistencias que lo demeritaron en gran medida. El concierto de campanas en sí casi no se pudo apreciar debido a que no existió un momento en que los asistentes guardaran silencio para poder escuchar la totalidad de las campanas.
La participación de la orquesta Symphonia, fue de poca calidad, especialmente la sección de los violines que desafinaron constantemente. Asimismo el sistema de sonido no ayudó en lo más mínimo para apreciar algunos de los rasgos destacables de la interpretación del interludio orquestal.
Yo hubiera recomendado a la gente que dejara sus asientos y que recorriera las calles de Cholula, para apreciar los matices sonoros de cada campanario, los únicos timbres de cada campana, los cuales era posible percibir en diversos rincones de la ciudad.
2 comentarios:
Muy interesante tu blog, pero permíteme que te haga una corrección: LLorenç Barber no es catalán sino valenciano. Perdona el matiz, pero los valencianos y los catalanes no nos llevamos muy bien, jeje.
Bueno, sólo son rencillas típicas entre regiones que se dan en todos los países, pero vamos que Barber no es de Cataluña sino de un pueblecito del interior valenciano.
Permíteme tmbién que te haga una recomendación que quizá ya conozcas: la web del programa de la radio española "Ars Sonora", seguro que te interesa auqnue sólo sea por el nombre, jeje: http://www.arssonora.es
o también en
http://www.rtve.es/podcast/radio-clasica/ars-sonora
Saludos desde España.
Hola, qué tal?
Muchas gracias por el comentario, y también gracias por la corrección. Ahora mismo cambio el dato. Disculpa por haberle cambiado tan a la ligera el gentilicio de Llorenç Barber.
Conozco bien Ars Sonora. He tenido la oportunidad de escuchar en persona a José Iges en algunas conferencias que ha ofrecido en México, así que sí estoy un poco familiarizado con el trabajo radial que ha hecho, pero sobre todo con su trabajo teórico.
Me alegra que haya más gente interesada en estos temas, que a veces parecen como de otro planeta.
Saludos desde México
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